jueves, 8 de octubre de 2009
Tus miradas
Estimo más a tus miradas que a tus palabras.
Tus miradas –aunque silentes- me lo dicen todo
Tus pestañas mariposa, tus ojos verdes
Se pierden en mis ojos y me abrazan
Tus palabras al contrario, son mas bien torpes
No se ponen de acuerdo con tus miradas
Como la sal y el azúcar, las usas sin precaución
Para hacer un momento mas dulce o mas amargo.
Pero… ¿como le dices a tus palabras que sean consecuentes si no puedes mirarlas?
Hay palabras que pueden morir, miradas que pueden mentir.
Pero hay muchas palabras que duelen y muchas miradas que no se olvidan.
miércoles, 24 de junio de 2009
Luna llena
-No deberías irte en ese estado, Marie Claire
- No te preocupes, Alinee, las calles de París están repletas de gente a esta hora además sólo vivo a 45 mins de la vieja París, manejaré con cuidado.
-Está bien, te dejaré ir pero sólo porque Andre esta más borracho que nunca y es la oportunidad perfecta para aprovecharme de él.
- La gente nunca cambia, ni porque pasen los años Dijo Marie Claire con voz tensa y un poco confusa.
Se despidió con dos besos al aire de Aline y se apresuró a llegar a su carro.
Las calles no estaban tan llenas como Marie Claire pensó, parecía que todos se habían quedado celebrando en sus casas o que estaban evitando salir por alguna razón. Marie Claire llegó a su casa sin ningún inconveniente. Lavó algunos platos, dobló su ropa y se acostó en su cama. A pesar del frío que estaba haciendo Marie Claire no paraba de sudar, se sentía ansiosa, casi paranoica y en momentos sentía que alguien la observaba desde la ventana. Pasadas unas horas el cansancio pudo disipar cualquier trance, sus pupilas se dieron baja y poco a poco logró conciliar el sueño.
Los días pasaron como un parpadeo y Marie Claire ya se estaba reintegrando al trabajo. Era una mujer muy atractiva, ojos y cabello negro, figura de reloj de arena y su perfume lo podían distinguir a kilómetros. Ocupaba un buen puesto a pasar de su edad.
Después de acomodarse en su cubículo la atractiva mujer fue sorprendida por alguien:
-Mon chere, que gusto me da verte. Hace cinco días que no he sabido de ti, sonará un poco presuntuoso lo que te voy a decir pero que bueno que no te acompañé esa noche porque mi estrategia funcionó
-¿Lo besaste?
-Mejor que eso, hemos pasado todos estos días juntos.
-Nunca cambiarás, Aline.
-Como están las cosas hoy en día, no cae nada mal la compañía de un hombre, que te proteja... Que te cuide...
- A qué te refieres con “cómo están las cosas hoy en día” ¿sucede algo?
- Mon chere, dónde tienes la cabeza últimamente ¿no has leído las noticias?
-No, la verdad es que estos días me propuse consentirme y a terminar de leerme unos libros. Tú me conoces, nunca termino nada.
-Bueno…siempre has sido así desde niña. Resulta que hay algo suelto, una especie de animal que está asesinando mujeres. Al principio de las investigaciones se pensó que se trataba de un asesino serial pero dada la nefasta consecuencia de que todas tenían mordidas, descartaron esa posibilidad.
-¡Qué horror! Deja de distraerme con ese amarillismo tan propio de los periódicos parisinos. Y con respecto a la compañía masculina no tengo de qué preocuparme, pues Jean llega pronto de viaje y espero que me pida matrimonio.
- Pequeña suertuda, voy a trabajar, de todas formas, lleva estos dientes de ajo contigo…
En ese momento la frente de Marie Claire se quedó pequeña al levantar una de su ceja
- Sólo juego, tonta, voy a trabajar
Ambas mujeres terminaron su jornada laboral sin novedad, incluso no pudieron volver a coincidir porque Marie Claire salió apurada al encuentro con su prometido.
Jean la estaba esperando en la Plaza de la Concordia. Era un hombre alto, atlético con facciones grandes. Tenía un muy buen sentido del humor y algo que hacía que las féminas se derrumbaran a sus pies.
Tan hermosa como siempre mientras besaba la delicada mano de Marie Claire
-Y tu tan galán como es usual. Te extrañé mucho. Vamos a casa a ponernos al día, ahí hay vino y unos chocolates que me ha enviado mi madre en su reciente visita por Bélgica.
La pareja estaba ansiosa de tener un tiempo a solas y pronto llegaron a su anhelado destino.
-Qué desorden, Mon chere parece que ha temblado en tu casa
La misma Marie Claire estaba sorprendida de haber llegado a ese punto.
-De verdad no sé que…
-No te preocupes por eso belleza mientras la callaba con un beso
-Vinimos a disfrutar, voy por las copas y tú ve por los chocolates y los quesos.
La tarde se hizo noche; el tiempo transcurrió rápidamente entre las bromas y las anécdotas de Jean sobre sus vacaciones decembrinas. Se había bronceado caminando por las calles de Argentina dónde el calor era insoportable y el pobre había llevado sólo ropa de invierno y la gente lo veía como un europeo excéntrico.
Al pasar de unas cuantas horas con la compañía del vino los comentarios subieron un poco de tono y en un segundo ya estaban uno encima del otro. Comenzaron a besarse desenfrenadamente, se arrancaban la ropa como si fuera de papel pero había algo extraño en Marie Claire que Jean no podía determinar si le gustaba, le excitaba o simplemente le desagradaba; pero aún así el deseo era muy fuerte. Marie Claire tenía todo el control, y lo tomaba con mucha agresividad. Jean comenzó a asustarse y le pidió que le diera un momento para ir al baño.
Me ha roto el labio –Decía impactado aquel hombre mientras se miraba en el espejo y luchaba con la idea de ser atacado por un caníbal
-Supongo que es la lujuria, teníamos mucho tiempo sin vernos
-¡Vamos, tú puedes, tigre! –Mientras se miraba nuevamente al espejo- es hora de que sepa quién manda.
Al salir de la habitación todo estaba oscuro, la luna llena se reflejaba en las sábanas y en el piso. El apagador no servía y no había rastro de Marie Claire.
Todo el asunto tenía al tipo emocionado pues pensaba que era algo novedoso en su relación.
De repente una figura pasa a la sala en una velocidad que no parecía ser humana. Jean sólo logró ver una sombra pero aquella sombra lo aterrorizó profundamente. Recordó haber escuchado lo del animal que acechaba a las mujeres y las descuartizaba sin misericordia y no podía concebir la idea de que su amada Marie pudiera haber sido su víctima más reciente.
Como pudo se compuso y tomó una lámpara que estaba sobre la mesa de noche.
No pudo creer lo que veían sus ojos, el vestido de Marie Claire desgarrado y toda la casa prácticamente volteada.
Mientras revisaba el vestido de Marie Claire y trataba de contener sus lágrimas sintió una respiración en su nuca. El olor era fuerte, como un perro sin bañarse en semanas. Con el corazón casi saliendo de su boca no tuvo otra opción que voltearse. El animal le superaba en tamaño y cuando Jean intentó atacarlo éste lo derribo en una fracción de segundo. Ahora el monstruo estaba sobre él. Jadeante y hambriento. Jean supo que había llegado su hora, pero el animal empezó a gemir, en su hocico corrían lo que parecían ser lágrimas y empezó a lamerlo. Aquella bestia era Marie Claire, la causante de los últimos asesinatos.
La lucha entre el instinto y lo que quedaba de humanidad en Marie Claire duró tan sólo unos segundos. El instinto salió victorioso y la abominable bestia en la que Marie Claire se había convertido devoró a su amado Jean en pocos minutos.
A la mañana siguiente Marie Claire no recordaba el episodio de la noche anterior. La casa estaba tan desordenada como siempre y no había ni una gota de sangre en el piso. Marie Claire tan apurada como de costumbre fue a su trabajo.
Lo que los ciudadanos de París no sabían es que estaban a punto de morir a causa de la primera mujer lobo, y quedó claro que no sólo comía mujeres.
El amor es una ficha...
Las lágrimas se dieron de baja otra vez. Acamparon en mi rostro hasta que el viento las llamó a otro lugar.
Apagué a mi conciencia, me apegué al sentimiento.
Escribí par de mensajes, que luego borré antes de enviarlos para no sentirme demasiado torpe.
Quise formatear a mi cabeza, pero eres un antivirus demasiado complicado, con demasiados trucos y demasiadas puertas. Perdí la batalla antes de empezarla.
Mientras “Soledad” me abraza… silencio me lanzó un “shh” que interpreté como que parara ya con mis lamentos y quejidos.
Mis prejuicios se burlan de mí, los recuerdos me consuelan y me matan.
Me hundo y estoy en el mismo sitio, me levanto y no me he movido del mismo sitio, aquel sitio dónde permanece mi mente.
No puedo imaginarme tu sonrisa, no quiero pensar que se la darás a otro.
Otros oídos recibirán un “Te quiero”
El sudor de otra mano empañara la tuya…
Tu cuerpo será inspiración para otro escultor.
¿Dónde dejo la desdicha y mis ganas de avanzar?
Supongo que el amor es una ficha y nunca sabes qué te va a tocar.
jueves, 4 de junio de 2009
Desamor
Es ver a tu celular como queda sin vida mientras los segundos pasan.
Son esas lágrimas que están esperando el pito de salida.
Es esa ansiedad que acaba con tus uñas, te hace sudar y nunca llena tu estómago.
Es ese soplo maldito que te acaricia y te apuñala.
Es esa oscuridad de la que quieres ser dueño.
Son esos amigos que nunca ocupan ese espacio, es ese espacio que no tiene fondo.
Es ese espasmo cardíaco, esa artritis de emociones.
Es esa anorexia de besos y esa bulimia de lágrimas.
Son esos momentos que son recuerdos y que son más largos en tu vida de lo que realmente fueron.
Son estas manos, frías, huérfanas, tristes, sucias.
Es este drama mental.
Es aquella felicidad que envidias.
Es llevar la soledad a todas partes.
Es querer ahogarse en la ducha.
Es comer siempre lo mismo y masticar cada pedazo por inercia.
Es satisfacer sólo las necesidades básicas, cuando bien sabes que hay cosas que para ti se convirtieron en básicas y ya no tienes.
Es atragantarse de palabras.
Es leer esos mensajes, mirar esas fotos, esperar esas llamadas, leer esas tarjetas, recordar esas canciones.
Es correr amputado.
Es tener esa conciencia que no pediste, una enseñanza que no querías.
Es esa manzana que te engañó, te sedujo y luego te envenenó.
Es ese rostro que no reconoces en el espejo, esa sonrisa que no se asoma.
Es tener que ir a la cama y sentir la indiferencia y el desamor..
domingo, 10 de mayo de 2009
Cueva de Lobos
Cueva de lobos
La rutina de las mañanas era siempre la misma:
-Jesús Alberto, arregla el cuarto, que parece una cueva de lobos-
Jesús hacia lo imposible para librarse de aquellos gritos pero entre la voz chillona de su madre y los rayos del sol que irrumpían en su alcoba como Pedro por su casa , Jesús no tenía más remedio que seguir las instrucciones de su madre.
Jesús, un joven alto, delgado, bien parecido y con un buen trabajo, se preguntaba constantemente cómo a los 25 años aún seguía viviendo con su madre.
Pocos eran los amigos que se atrevían a visitar la casa de Jesús pues siempre bromeaban con la idea de que un día la madre de éste les pasaría la aspiradora de pies a cabeza o peor aún, los recibiría con un traje anti bacteria en las manos y con una sonrisa obligada les diría:
-Están en su casa… -
Así que Jesús después de ser víctima de esas bromas por años pensó que tenía que cambiar eso a como de lugar.
Después de darle muchas vueltas a la idea, en visto que se aproximaba su cumpleaños decidió librarse del yugo de su madre. Iba a realizar la fiesta más grandiosa que jamás hubieran visto sus amigos. Luces de neón, cabinas de Djs en cada una de las habitaciones, plasmas en el pasillo, bebidas alcohólicas cuyo único límite sería la resistencia de los agasajados y cualquier otra idea que se chocara con él en el camino.
Al cabo de un mes ya todo estaba listo, mamá no estaba y las invitaciones descansaban en el bolsillo de cada uno de sus amigos y conocidos.
La noche de la fiesta Jesús no podía con sus nervios, sus piernas temblaban al compás del tic tac del reloj que decía en letras grandes “Dios bendiga a este hogar”.
Había pasado más de una hora de inicio de la fiesta y ni un alma había aparecido. Mientras tanto Jesús sólo pensaba en una cosa:
-Ojalá que la bruja no llegue en plena fiesta, me había dicho que tardaría unos días en regresar… con ella nunca se sabe, yo le hablo y no me escucha y supongo que está tan ocupada con los que haceres del hogar que nunca coincidimos en el mismo lugar de la casa a menos que ella quiera.
-En fin debo dejar estás ideas después- Concluía el joven cuando escucha una masa de gente en el pasillo y ansia con todas sus fuerzas que se dirijan a su casa. Efectivamente, la manada iba a su casa. Eran más los desconocidos que los amigos pero dos personas resaltaban como si fueran fluorescentes. Adriana y Manuel, sus dos mejores amigos.
Luego de llegar el primer grupo, se desató el efecto dominó, todo el mundo empezó a llegar a casa de Jesús. Las paredes de la casa retumbaban con el sonido, la gente no podía estar más fascinada y el pobre anfitrión seguía pensando en su madre.
Luego de dos horas por fin se pudo sentar a conversar con sus dos buenos amigos, quienes no podían esconder su cara de sorprendidos.
-Has botado la casa por la ventana, jamás me imaginé que pudieras hacer todo esto después de… Dijo Adriana antes de ser interrumpida por Manuel que sabía que su estimada había bebido unas copas de más
-No dejas de sorprenderme, Jesús, ven acá déjame darte un abrazo de felicitación por estrenar tu casa como se debe- Recibió un abrazo el nuevo Jesús, un Jesús libre de la opresión.
La fiesta continuó por horas y Jesús no la había pasado tan bien en su propia casa nunca.
Llego la hora de despedirse de los invitados, quienes habían dejado a su paso desorden y destrucción como si se tratara de una invasión romana.
Manuel y Adriana se quedaron para ayudar a Jesús, que sería crucificado por su madre si encontraba algo mal ubicado en su lugar.
La tarea de limpieza fue ardua y tediosa, Adriana y Manuel se limitaron a limpiar y Jesús a colocar todo estratégicamente en su sitio.
Jesús escucha una voz en el pasillo que había mencionado su nombre y una sombra que parecía la de su madre
-
Ya hasta me he vuelto paranoico, la veo en todas partes- Dijo un asustado y cansado Jesús mientras se limpiaba el sudor de la frente.
Mientras tanto en otra de las habitaciones Manuel se dirigía a Adriana:
-Casi le arruinas la noche a Jesús, ¿cómo se te ocurre decirle eso? –a lo que Adriana confundida le responde:
-Discúlpame, se me subió el licor a la cabeza, pero supongo que pensé que seguía traumado.
-Adriana tú eres su amiga, deja de decir tantas tonterías. Jesús no puede estar mejor.
- No es así Manuel, quizá yo sé algo que tú no sabes..
-¿Qué sabes tú? Chu me lo cuenta todo.
-Manuel, no te ha comentado de su problema pero yo no voy a decírtelo, no me corresponde.
¿Está todo bien, muchachos? Como subieron la voz…- Dijo Jesús que congeló la tensión que había entre los dos amigos.
-Muchas gracias por ayudarme, ya no queda más por limpiar y yo sé que están cansados, yo termino lo que falta, gracias, muchas gracias-
S
eguido a esto Jesús les brindó agua a sus amigos. Se dirigieron a la puerta, se despidieron de su amigo y bajaron por las escaleras
-Adriana por favor, aquello que dijiste tiene un taladro dándome en la cabeza, ¿qué sabes tú que yo no sé?
- Es muy penoso para mí decirlo, Manuel pero en vista de que yo no lo he podido ayudar te lo voy a confiar a ver si juntos podemos encontrar una solución…
La cara de Manuel era un poema indescifrable
-¿Recuerdas que la señora Matilde falleció hace 2 años en aquel accidente mientras que Jesús estaba de viaje verdad?
Manuel miraba a Adriana fijamente para no interrumpirla
-Jesús nunca lo superó, sigue actuando como si ella estuviera viva, incluso me llama a mi casa en la noche diciéndome que su mamá no lo deja en paz
Manuel con cara de espanto respondió:
-Yo pensé que él lo hacía por jugar, como nunca tuvo una buena relación con su madre, tengo un amigo psicólogo, acompáñame a su oficina a ver si está y ver en que puede ayudar a nuestro amigo
Sin mediar más palabras la pareja fue en busca de un especialista.
Al paso de unas horas Jesús ya había dejado su casa magra e impecable y se recostó en su habitación para pasar un dolor de cabeza que lo afligía.
Un ruido lo despertó y una voz chillona le dijo
-Jesús Alberto, arregla este cuarto, que parece una cueva de lobos…
Victoria
Victoria
“! Ha despertado, Ha despertado!” Se escuchaba en la casa de la esquina aquella madrugada.
–Hijo pensé que este día nunca llegaría, había perdido cualquier esperanza-
Decía una señora de mediana edad que tenía la cara demacrada después de tantos meses de agonía.
Unos ojos azules alumbraban toda la habitación, era Federico, que por fin había salido de su trance.
– ¿Qué pasó?, ¿dónde estoy?-
Fueron las primeras preguntas del joven al ver lo que parecía su habitación llena de gente. –Todo estará bien, ahora todo está bien- dijo la causante de los gritos, los mismos gritos que hacia 23 años emergieron de su ser al dar a luz a Federico.
–Trata de no hacer esfuerzos, ni de pensar demasiado, no te diré que descanses, lo que quiero pedirte es que no me des más sustos como este y estés tranquilo-
Dijo su madre después de salir de la habitación con lágrimas en los ojos.
Al paso de los días Federico parecía estar menos débil y decidió montar el ataque de preguntas, lógicas en esas situaciones de confusión.
– ¿Qué me pasó madre? - ¿Cómo es que estoy en tan penosa situación-.
– Su madre hizo caso omiso, le dio un beso en la frente, que para Federico fue como un choque eléctrico al darse cuenta de lo que su madre estaba por decir.
–
– –Ahora estás bien, eso es todo lo que importa- y se retiró.
Federico quien era terco desde muy pequeño decidió que si su madre no le daba respuestas él iba a encontrarlas, así que llamó al chofer a su cuarto y le dijo:
-Fernando, tú que me has ayudado a recordar ciertas cosas, necesito que pongas todo tu esfuerzo en algo que te voy a pedir, tal vez te suene demencial pero quiero salir, quiero buscar respuestas-
-No podría negarme a ninguna petición suya hijo, lo he visto crecer y sé el sufrimiento por el que ha pasado solo que..- Federico interrumpió a su chofer y le dijo:
- Por mi mamá no te preocupes, yo me encargo de ella, de todos modos tiene que entenderme-
Sin dar más argumento Federico salió esa tarde con su chofer.
Federico tenía la palabra “Victoria” dando vueltas en su cabeza desde que despertó. Otros recuerdos vagos se venían a su cabeza, que por cierto era como un álbum viejo que le faltaban algunas fotografías. Recordaba vagamente, balones, camisetas de rayas, mujeres, gritos. Aquello iba y venía como marea, era demasiado agotador para el pobre Federico y la palabra Victoria, no dejaba de acosarlo.
-Fernando, tú que conoces esta calle como nadie, ¿hay alguna Victoria que viva cerca de mi casa? No puedo sacar ese nombre de mi cabeza. – Fernando que hizo un viaje en sus recuerdos rápidamente exclamó:
Sí, Victoria Nikolls, solían jugar cuando estaban en el colegio.
Federico empeñado en que Victoria le podía explicar mejor lo que había pasado le pidió a Fernando que lo llevara a su encuentro.
-Hemos llegado señor-
Dijo Fernando quien después de estacionar el carro fue con el joven muchacho lo acompañó al umbral de la vieja casa. Tocaron par de veces hasta que salió una joven despampanante. Su cabello largo, su piel brillante, y con un cuerpo tan impresionante que los dos hombres quedaron deslumbrados.
-Disculpa que te moleste, pero tengo la palabra Victoria en mi cabeza, se me ocurrió que tal vez tú sabes qué me sucedió o conoces a alguien que sepa-
La joven asintió, pues había reconocido a su compañero de juegos y le apenaba que estuviera en tan precaria situación.
La joven había escuchado de lo acontecido a Federico y se emocionó tanto al verlo que sus lágrimas querían besar su boca pero no fue así, la joven contuvo sus lágrimas y le dijo al inquisidor Federico que lo iba a llevar a un lugar que quizá lo ayudaría a recordar todo.
Emprendieron el recorrido Victoria, Fernando y Federico y pararon en un conocido campo de futbol de la ciudad.
Al oler el campo Federico se convirtió en una antena de “flashbacks”. Victoria y Fernando se limitaban a cuidar que todo estuviera bien con él.
-¿Pero qué me pasó?, por favor denle sentido a estas imágenes- Dijo Federico.
Victoria intentó calmarlo pero no fue ella quien revelaría la trágica verdad a Federico. Fernando con una mirada distante empezó a relatarle a ambos lo que ocurrió ese día:
-1 a 1 iba el marcador, estaba nublado y todos estábamos ahí apoyándote. Faltaban pocos segundos para terminar y tú pasabas a tus oponentes uno tras otro, cuando de repente sonó la palabra que todos queríamos oír “Gol”, tú no lo podías creer, tal era tu emoción que con tu camisa sobre tu cabeza empezaste a gritar ¡Victoria, Victoria!, corriste y corriste. Nadie imaginó lo que pasaría luego.
-¿Que pasó? Decía un angustiado Federico mientras la tristeza y la melancolía se sentaban en las gradas a oírlos.
-Estabas tan excitado que corriste como nunca y un carro que iba saliendo en ese momento te arrancó tus sueños y tu carrera.
Federico y Fernando empezaron a llorar mientras Victoria trataba de consolar al primero.
-Así que es por eso... ¡Por eso estoy postrado en esta silla! Se escuchó en el campo de futbol.
Paradójicamente Victoria y Federico se enamoraron.
Ella tiene su carrera de modelaje y Federico pese a su incapacidad es el estratega del mejor equipo de Futbol de la ciudad.
Fin.
miércoles, 1 de abril de 2009
Artista sin pincel
Aquél que siempre excusará sin motivos a quien arremetió contra él sin previo aviso
No hay peor ciego
Como el que lame sus heridas, sin acordarse de la causa final.
No hay peor ciego
Que el que apuesta lo que tiene sin reconocer su valor.
No hay peor ciego
Como ése que va por el mundo multiplicando sus errores.
No hay peor sordo que el que no quiere oír
Tú que escuchas sólo lo que te conviene y lo tergiversas a tu conveniencia
No hay peor sordo
Como el que no filtra las palabras sinceras y las malignas pues sabe oír pero no escuchar
No hay peor sordo
Como el que deja los concejos al borde de la cama y prefiere ser consolado eternamente
No hay peor sordo
Como aquel que no escucha sus propios lamentos, sus propios gemidos.
No hay peor sordo
Que como Narciso, enamorado de sí mismo, procura escuchar sólo bueno, sólo lo bello que es.
El que no escucha y el que no ve
Es como un artista que quiere pintar el cielo pero no tiene pincel.
domingo, 15 de marzo de 2009
Fantasma
Mi cuerpo se agrieta con el pasar de los días
Mi sombra se hace más pequeña, como si me quedara poco tiempo
Quisiera que fuera así, han pasado años en segundos, décadas en minutos
Siglos en horas.
Soy tantas cosas y no soy nada
Soy una biblioteca de recuerdos, pero todos los libros tienen historias lúgubres
Soy la opera mas triste jamás cantada
Soy un cigarrillo que se apaga con el viento, el viento del olvido
Soy la tierra que siempre quiere estar entre tus pies, no puedo rebajarme más del subsuelo.
Un álbum de fotos en blanco y negro en pleno auge tecnológico
Un verso sin rima, un perro sin amo, un fruto sin árbol
Soy aquello que pensé que nunca sería
Un prisionero de mi propio cuerpo
Un fantasma y tú eres mi motivo pendiente
Amigo
Te doy una mano siempre amiga, siempre dispuesta a sanar tus heridas una a una
Te regalo unas frases hechas para salvarte cuando no tengas nada que decir
Te presto una canción para que me recuerdes cada vez que quieras
Te ofrezco un libro para que tú escribas cada página con alegrías
La tristeza en un frasco para que no te quejes sin razones
Para que valores la felicidad cuando la tengas frente a tus ojos
Te regalo el sueño mas largo en la noche más corta
Quiero darte el aliento cuando te falten las fuerzas
Quiero ser el sol cuando tus días se vuelvan gris oscuro
Pero quiero ser invierno para equilibrarte cuando el dolor te queme
La brisa que te seduzca en las noches, la bruma que bese tus labios
Te dejo un concejo en la mesa para que decidas si usarlo o no
También te dejo la verdad como es con la esperanza de que la aceptes con madurez
jueves, 12 de marzo de 2009
Trinchera
Esquivo las balas en este campo de guerra.
Quiero salir ileso pero por más que me esfuerzo mi orgullo siempre termina herido.
Mi corazón un poco más seco al pasar de los días.
No se qué hice mal.
Quizás darle ventaja al amigo, hoy enemigo.
Tiro granadas de indiferencia que terminan mutilándome, torciéndome como los resortes de mi catre.
La comida es buena pero esta hecha de mala gana, dándome gastritis.
Los gritos ensordecedores no me dejan ver, las miradas rencorosas no me dejan oír mis propios pensamientos, atacando mi libertad interior.
Yo quiero luchar pero son mayoría, y aunque me les uno, la traición está al orden del día. Con ellos nunca se sabe, no puedes dormir con tranquilidad sabiendo que en la mañana al mediodía , a medianoche o en cualquier momento estallará algún problema.
Mis amigos que eran esperanza yacen muertos en mis recuerdos.
Ellos me ven tan grande y tan fuerte.
Pero en realidad tengo miedo y me siento mínimo.
Nunca fui el soldado mas fácil, pero ninguno podrá decir que no di todo de mí cuando alguien tuvo un problema.
Ya no quiero ninguna aprobación de mis superiores.
Esta noche escaparé. Miraré las estrellas y trataré de seguir una.
Y si un día me vuelvo polvo y me desvanezco, espero poderles cumplir un deseo a aquellos que me dañaron.
La única familia que conocí.
Una familia de mercenarios.
sábado, 28 de febrero de 2009
Me arriesgaré
C cuando me besas y me abrazas
B astan para saber
D onde quiero estar y qué quiero ser de ti
E n tu alma y ser tu amor
F ácil no será
G arantia no hay de que todo salga bien pero
H ay en mis venas unas ganas
I nfinitas de creer en un futuro
J unto a ti en cada batalla, en
K ada dolor , kda alegría
L a recompensa será el aprendizaje y la experiencia y te aseguro que
M i amor por ti crecerá como la flor que
N i el sol inclemente, ni el invierno más eterno marchitará
O rgulloso de caminar a tu lado por un sendero incierto
P ara llegar al destino, que yo siempre he soñado
R ara vez sucede que yo me deje llevar por la emoción
S abiendo todo lo que he vivido y lo que me ha pasado
T odavia me quedan ganas de soñar, de soñarte de
U nirnos y ser uno
V ivirte
W ayas a donde vayas
X iempre estar contigo
Y si el dolor hace visita y decidiera quedarse
Z olo se que te daré lo que siempre quise darte
viernes, 27 de febrero de 2009
Implante de corazón
Que te sacara aquel clavo
Yo el iluso empedernido
Tú no vales ni un centavo
Tú querías un idiota
Pa’ que fuera tu mascota
Yo el perrito faldero
Tú no vales estas notas
Tú querías un pañuelo
Pa’ que fuera tu consuelo
Yo me disfracé de Klee nex
Tú, ave de mal agüero
Tú querías un rehén
Pa’ que fuera tu sostén
Yo por siempre el secuestrado
Tú me dejas con este desdén
Tú querías un abrigo
Pa’ pasar fríos domingos
Yo por ti un cuello de tortuga
Tú eres ese dolor de cabeza que por mi bien mitigo
Tú querías compañía
Pa’ pasar las pesadillas
Yo 24 x 7
Tú no vales la agonía
Tú querías un jarabe
Pa’ quitar a tu quién sabe
Yo por ti clembunal, broxol
Tú pensando en tus pesares
Tú buscabas algo.
Calmar la comezón
Yo una mano, unas uñas
Siempre a disposición
Tú no pudiste conmigo
Ser feliz como yo quise
Claro si fui sólo un extraño
Que pasó tiempo contigo
Hoy por hoy ya ni te acuerdas
De las noches que pasé
Preguntándole a la almohada
Qué hice, en que fallé
Tu querías un implante
Yo tenía el corazón
Pero tú no eres paciente
Yo tampoco doctor.
sábado, 21 de febrero de 2009
No eres bienvenida
Eres la acompañante de los desdichados
No importa si estas acompañado, tu presencia se clava dentro
En los huesos, en la sangre, en el pensamiento.
Vienes para hacernos pensar que somos miserables
Y aunque eres buena de a ratos, muchos te temen
¿Por qué tu presencia es tan imponente?
¿Quién te has creído?
Cuándo te darás cuenta que no eres bien recibida
Como siempre estás sola, buscas compañía
No te vamos a dejar entrar, aunque quieras.
Quédate sola, soledad.
Aquí no eres bienvenida
viernes, 20 de febrero de 2009
Lo que el orgullo no me deja decirte
No me mires más (mírame por favor, quiero quedar grabado en esas pupilas tal como lo hice una vez)
No quiero que me busques ni que llames (búscame, búscame aunque no me encuentres, que el mundo se me vino encima y ya no tengo donde vivir, llámame, necesito la melodía de tu voz para comenzar el día y terminarlo)
Ignórame, pretende que nunca existí en tu vida (no te atrevas a ignorarme, prefiero que me odies, porque es un esfuerzo por sacarme de tu cabeza, no me ignores)
Al fin y al cabo no te necesito (te necesito más que nunca, date cuenta, abrázame y finjamos por un día que nada de esto pasó, que no está pasando)
No volverás a saber de mí (quizás no sepas de mí, pero yo sabré de ti cada día hasta que ya no duela)
Quizás algún día podamos ser amigos (nunca seremos amigos, este amor no tiene comparación y no se puede reducir ni adaptarse, es lo que es, irrefutable, intransigente)
Adiós (hasta mañana…)
miércoles, 18 de febrero de 2009
Sobreviví
Ese día me sentía más confiado que nunca, y estaba 100 por ciento seguro de mis sentimientos pero fui a abrazarte y me choque con esa barrera, con ese muro que ni los rusos hubieran podido tumbar. Fui a besarte y me tope con tu mejilla, pensando que fue ida mía hice el movimiento de nuevo y me tope con la otra. Pensé que no estabas de humor. Al pasar un rato te dije que te amo y no respondiste, no hiciste ni una seña, ni siquiera disimulaste. Ya no lo sentías. Mencionaste esas palabras que nadie olvida y de las que nadie se salva, las que todo el mundo usa. “Tenemos que hablar” pero lo menos que hiciste fue hablarme. Después de decirme todo eso hubieras cambiado la frase a “Debo destruir todos tus sueños conmigo, debo matar toda ilusión que creaste, las metas que te propusiste conmigo”.
Allí con los sentimientos a flor de piel me dejaste en el portal de tu puerta
Mis ojos gritaban pero mis labios no podían mencionar palabras
Las manos como hielo, los pies completamente paralizados
Condenado a mirarte, de algún modo asimilar lo que hacías y tenerlo en mi recuerdo para siempre.
Me diste un abrazo pulverizante, ahí acabo todo.
Sobreviví como todos lo hacen
Siempre las mismas historias con distintos personajes.
miércoles, 11 de febrero de 2009
Triste princesa
Yo te dije que creyeras, sin embargo, ya yo no creía
En secreto tenia un pañuelo.
Te pedí que no lloraras pero en tu corazón tenías tantas lágrimas contenidas.
Te brindé cada abrazo que pude.
Pero tú no querías salir de ahí donde te pusieron.
Ese rincón donde tu piel de porcelana parecía húmeda y mohosa de tanto llorar
En la penumbra donde tus ojos de miel ya no brillaban
Esperando el día en que tu amo te recogiera y te pusiera cual marioneta.
Ahí estabas tirada todo el día y aunque el sol se asomaba por una ventana y te bañaba con su luz tú querías permanecer sucia, triste, sola.
No fui yo quien rescató a la princesa.
La princesa no quiso ser rescatada
Quería llorar hasta secarse, sufrir hasta morirse.
La princesa siempre está triste
Soy yo quien la hago sufrir.
La princesa y yo sufrimos juntos.
martes, 10 de febrero de 2009
La cena perfecta
¿Qué soy?
¿Qué es la lluvia sin tu compañía?
¿Qué es el frío sin tu abrazo?
¿Qué es el sol sin tu sonrisa?
¿Qué son las palabras sin tu voz?
¿Qué son los teléfonos sin tus llamadas?
¿Qué es una puerta sin tu espera?
¿Qué es un te quiero sin tu alma?
¿Qué es una playa sin tu ocaso?
¿Qué son las almohadas sin tu pecho?
¿Qué es un amanecer sin tu cuerpo?
¿Qué es un cuello sin tu beso?
¿Qué es una espalda sin tu mano?
¿Qué es una mano sin tu apoyo?
¿Qué es una lagrima de felicidad?
¿Qué es una canción sin ti?
¿Qué es un beso sin tu boca?
¿Qué es una boca sin tu risa?
¿Qué es un viaje sin destino?
¿Qué son los sueños sin tu recuerdo?
¿Qué es un olvido sin recuerdo?
¿Qué es un miedo sin un triunfo?
¿Qué soy yo?
Dejé ser yo, el día en que dejamos de ser dos
Que vaina..
Entrando un poco en lo banal y superficial.
Todos hemos tenidos esos días malos, duros. Uno amanece con “el feo alborotado”
Y no sólo eso, toda la sociedad confabulará en tu contra para hacerte sentir el mas o la más miserable ese día.
¿Quién no ha tenido una espinilla? ¿Un mal corte de cabello? ¿Una alergia?
Bueno,basta que la tengas cualquiera de esas cosas y otro poco más para que seas el centro del universo.
Empecemos por las espinillas, a todos les salen, nadie puede escapar de ellas. Por lo menos una vez harán territorio en tu rostro.
Bueno resulta que te paras de aquella noche en que no dormiste bien y que te dolía un poco el rostro pero no le prestaste mucha atención. Te lavas la cara y guazzzzzzz ves aquel intruso en tu cara, que te mira como diciéndote- Aquí me voy a quedar- Algunos tratan de hacer hasta lo imposible por quitársela del rostro, hasta llegar al punto donde quedas peor que con la espinilla(yo) y por otro lado algunos dicen “Lo mejor es no tocarse”. Bueno OK es verdad quizás la mejor opción sea no tocarse pero sí por lo menos hacer algo al respecto… Coño.. tampoco quieres que cuando saludas a alguien tu atención sea completamente desviada por su nuevo “amigo” y que de paso tenga un mes ahí. Pero hay que pensar un poquito. No creo que nadie diga “ay que fino mi primera espinilla” entonces piensa antes de decir “TILIN” (simulando un timbre) cuando ves a la persona. En ese momento provoca decirle a la otra persona – Y tú que no te bañas, que hueles mal, que tienes mal aliento- Pero no. Nos controlamos en la mayoría de los casos.
El corte de cabello, conchale porque todo el mundo cree que tiene derecho a opinar sobre tu corte de cabello, si lo tienes pegado a tu cabeza, entonces es sólo de tu incumbencia, además la mayoría de los comentarios son negativos. Uno sale de su casa diciendo “verga, que arrecho me quedó” y llegas a la Universidad y la caraja que nunca te ha dirigido la palabra y que de paso esta buena te dice “Ay pero me gustaba más como te veías antes” ESTUPIDA, ¿por qué no lo dijiste antes? Ahora soy yo el que tiene que mirar esta cara todas las mañanas pensando que estuve a un paso de gustarte.
Pero eso no acaba ahí, ese día en que te quieres poner una gorra y en el caso de las mujeres amarrarse una cola dicen: “Hoy es la foto del carnet, por favor sin gorras y cabello suelto las niñas ;)” ¡No me jodas! ¿No pudo ser ayer?
Las alergias, erupciones y demás.
Coño hasta la gente que no te conoce te pregunta ¿Eso es una alergia? ¿Se pega? Uy no me toques. Y no falta el que te dice, ah sí ah mi mamá le dio eso... ella orinó en un pote y lo dejó secarse al sol. Uy no, de paso que tengo una alergia mi cuarto va a oler a “meaos”.
¡¡Que vaina!!
domingo, 8 de febrero de 2009
No hay corazón
Se me perdieron los latidos, no habrá nada que me mantenga en pie
Ya no bombea, ya no funciona.
No queda aire, no queda sangre.
No hay un corazón que te ame, que te espere, que te añore.
Se detuvieron los latidos en el momento en que hablaron tus acciones por tus palabras
Y cuando el silencio tuvo un puesto fijo en tus expliaciones.
Ya no me engaño, ya no hace daño.
No hay un corazón, que te arrope, que te quiera, que te toque
Calmo mis latidos. En la tormenta de mi soledad cuando tú, pensamiento, vienes a mi cama.
Cuando me pierdo en una isla de almohadas y cobijas. La noche me quema, tu ausencia me quema.
Calmo mis latidos, calmo mis gemidos
No hay un corazón que te reciba, un corazón masoquista.
Pero no es suficiente porque te quise con cada parte de mi cuerpo, no sólo con mi corazón.
lunes, 19 de enero de 2009
Si fueras
Si fuera tu boca, estaría húmedo y siempre dispuesto a que vinieras a mi sin pretextos
Si fuera tus ojos, los convertiría en un espejo , es decir que solo pudieran mirarme a mi
Si fuera tu mente, le diría claramente que solo pueden mirar a este demente,
Si fuera tus manos, viviría contento y feliz , de sentir tu rostro, tus gestos
Si tu fueras mi boca, me la arrancaría en pedazos a cada rato
Si tu fueras mis ojos, los mantendría cerrados siempre como la puerta de ese portal, donde nos encontramos en sueños
Si fueras mi mente, me sentiría indefenso y muy vulnerable, sabrías lo que eres para mí
Si fueras mis manos , mas te vale tocarme mucho, en esos lugares que solo tu sabes hacerlo
Si tu fueras yo sabrías lo que se cuando tocas mi mano, cuando veo tus ojos y siento tus manos...
Juego
Tu mano
No puedo vivir en la palma de tu mano, donde me ahogo en el sudor cuando mientes.. donde me asfixio cada vez que crees que te quiero... o estas muy segura de que en verdad lo hago. Una mano, que no busca las mías para abrazarlas , donde poco a poco se fueron agotando las caricias, los apretones, el apoyo. Camino entre líneas que se entrecruzan haciéndome saber que no sabes lo que quieres, haciéndome saber que lo nuestro ya acabo
Estoy esperando llenarme de valor y dar ese salto mortal al suelo, donde se que es lo que me espera, donde no tengo que adivinar que es lo que pasa contigo. Y ya no tengo miedo porque no hay nada peor, nada mas triste que jugar a si me quieres o no, si te importo o no.
Ya veras, tus manos quedaran demasiado ásperas para tocar otros labios.